Proyecto ECHO (acrónimo de Extension for Community Healthcare Outcomes) es una iniciativa innovadora, con despliegue internacional y sólidos resultados académicos, fundada en la Universidad de Nuevo México (EE.UU.) por el Dr. Sanjeev Arora. Es desarrollada en Uruguay por el Dr. Henry Cohen, en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República.
Tiene como objetivo la desmonopolización del conocimiento y la generación de capacidades en los equipos de salud para la atención especializada en las poblaciones que más lo necesitan. Para ello, se crean comunidades de práctica en torno a temas clínicos o asistenciales específicos. En las «teleclínicas ECHO» se reúnen simultáneamente, a través de una plataforma de videoconferencia, médicos y otros integrantes de los equipos de salud junto a especialistas para la discusión colectiva de casos clínicos conformando un espacio de interaprendizaje.
ECHO comenzó a gestarse en 2003 cuando el Dr. Sanjeev Arora, profesor de gastroenterología en el hospital universitario de la ciudad de Albuquerque, en el estado de Nuevo México, observó que una gran cantidad de pacientes con hepatitis C no eran diagnosticados a tiempo, debido a los meses de espera para concretar una consulta o la imposibilidad de seguir el largo tratamiento que esta enfermedad necesitaba. Utilizando las tecnologías de la información y la comunicación, Arora comenzó un programa de educación continua a médicos rurales, enfermeros y agentes comunitarios que se encontraban radicados en las localidades donde vivían sus pacientes. Utilizando Internet y las posibilidades de cualquier computadora o teléfono inteligente para realizar videoconferencias, logró en poco tiempo especializar a estos equipos de salud del primer nivel de atención en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad que lo preocupaba. Con el tiempo, cientos de pacientes en localidades remotas se vieron beneficiados con la atención sanitaria especializada sin moverse de su lugar de residencia.
En 2011, la revista New England Journal of Medicine publicó un estudio prospectivo realizado en el Instituto ECHO durante tres años, en pacientes con hepatitis C tratados por los especialistas en la clínica universitaria (grupo control), por un lado, y por los equipos de salud de atención primaria en zonas alejadas, que participaban de las teleclínicas ECHO (grupo intervención). Los resultados fueron contundentes en el sentido de presentar resultados clínicos similares en ambos grupos de pacientes y dicha publicación fue destacada como el artículo del año.
Actualmente, el modelo ECHO trabaja sobre más de 60 patologías o condiciones clínicas y más de 1000 universidades o centros especializados replican el modelo en más de 70 países, entre ellos la Universidad de la República en Uruguay, primer país en Latinoamérica en aplicar esta metodología. Cada una de las organizaciones que replican el modelo ECHO se denomina hub o nodo, y dentro de ellos se desarrollan uno o varios “programas” ECHO, diferenciados por el tema clínico o asistencial que abordan. Asimismo, la red de académicos, especialistas y equipos de salud en todos los programas que desarrolla ECHO en el mundo (comunidad MetaECHO) se fortalece continuamente por múltiples vías de intercambio y cooperación permanente, desarrollo conjunto de mejores prácticas, colaboración en evaluación de resultados e investigación mediante meta conferencias, sesiones de entrenamiento por teleconferencia, visitas de apoyo técnico entre países, etc. Ver aquí datos del movimiento a nivel global.
En 2017 el Congreso de EEUU aprobó por unanimidad un proyecto de ley para evaluar y poner en funcionamiento esta metodología. Recientemente, ECHO se propuso la meta superior de llegar a beneficiar a mil millones de personas en el mundo en 2025, para lo cual el Instituto comprendió que necesitaría la ayuda de otros centros que fueran capaces de entrenar y replicar el modelo, los demominados superhubs o centros de referencia. La Universidad de la República es el único superhub en la región Latinoamericana y ha entrenado a organizaciones de más de 17 países.
Actualmente, proyecto ECHO es una organización y al mismo tiempo un movimiento de carácter internacional. Su misión es expandir la capacidad de proveer mayor asistencia para enfermedades frecuentes y complejas en áreas rurales y en lugares menos privilegiados, alejados de los centros especializados.
El Proyecto ECHO se replica en más de 190 países en todos los continentes, desarrollando más de 6.400 programas de teleclínicas ECHO en distintas temáticas. Diferentes organizaciones como por ejemplo, MD Anderson y Harvard University, albergan al proyecto convirtiéndose en hubs que replican la metodología. La Universidad de la República en Uruguay, fue la primera en cumplir ese rol en América Latina.
La metodología ECHO constituye un marco de aprendizaje que se aplica en todas las disciplinas para lograr un cambio profundo y sostenible.
Los participantes de ECHO se involucran en una comunidad virtual con sus pares donde comparten apoyo, orientación y retroalimentación. Como resultado, nuestra comprensión colectiva de cómo difundir e implementar las mejores prácticas en diversas disciplinas mejora y se expande continuamente. Durante una teleclínica ECHO, los participantes presentan casos clínicos en curso ante sus pares y especialistas para su discusión colectiva, aprenden unos de otros y se consolida un ciclo continuo de aprendizaje, mentoría y apoyo entre pares y especialistas que le otorga un impacto duradero. Este modelo de intercambio de conocimientos reúne a equipos interdisciplinarios para analizar los problemas de la práctica clínica o asistencial con un enfoque integral de los pacientes.
Principios rectores:
Al participar en un programa ECHO, un solo especialista contribuye al desarrollo de muchos expertos locales, que luego aplican los conocimientos adquiridos para mejorar la vida de las personas en sus comunidades. Esta filosofía inclusiva y no jerárquica está en el corazón del modelo ECHO.